Este mes en el blog de CRAR – Centro de Rehabilitación Animal de Referencia, especialistas en fisioterapia veterinaria en Barcelona queremos hablarte de una opción en casos de lesiones medulares graves inoperables a nivel toracolumbar: realizar rehabilitación para conseguir una marcha espinal o spinal walking.

¿Qué es la marcha espinal?

La marcha espinal es una función motora involuntaria basada en el reflejo extensor cruzado en animales parapléjicos sin percepción de dolor afectados por una lesión medular toracolumbar.

Las extremidades posteriores siguen a las anteriores. Cuando el dedo de una de las extremidades toca el suelo se activa un reflejo de flexión en esa misma extremidad y una extensión en la extremidad contraria, cuando el dedo de la otra extremidad toca el suelo se repite el mismo mecanismo produciéndose un andar motorizado de las extremidades posteriores. Cuando las extremidades anteriores se detienen, las posteriores también caen.

La integridad de los segmentos lumbares medios es imprescindible para poder expresarse la marcha espinal.

En la médula espinal existe una red autónoma de neuronas con capacidad de generar un patrón locomotor independiente a las señales de entrada supraespinal. Además, se producen unos cambios fisiológicos y neuroquímicos en esta red neuronal localizada caudalmente a la lesión que favorece el desarrollo de la marcha espinal.

¿Qué factores son determinantes para la marcha espinal?

La marcha espinal está bien descrita en gatos domésticos, pero existe menos información en perros.

Un estudio publicado en el Journal of Veterinary Internal Medicine mostró que los perros afectados por lesiones espinales completas toracolumbares también podían adquirir una marcha espinal autónoma después de someterse a rehabilitación física intensiva (el 59% de los perros participantes en el estudio lograron desarrollar una marcha espinal).

Este estudio, además, detectó como factores determinantes:

  • La edad: la juventud (animales menores de 60 meses) está asociada positivamente al desarrollo de la marcha espinal.
  • El peso: los animales menores de 7,8Kg tienen más probabilidades de adquirir la marcha espinal.

Sin embargo, la condición corporal, la hospitalización y el tipo y localización de la lesión, no se asociaron significativamente con el desarrollo de la marcha espinal.

Lesiones espinales y rehabilitación

Las lesiones espinales más frecuentes en las consultas de rehabilitación son:

  • Hernias discales.
  • Embolismo fibrocartilaginoso.
  • Mielopatía degenerativa.
  • Traumatismos.
  • Enfermedades inflamatorias medulares.

Los signos clínicos se basan en déficits propioceptivos, paraparesia o parálisis de las extremidades posteriores o de las cuatro extremidades según la localización de la lesión.

El tratamiento en lesiones medulares

La instauración temprana del tratamiento de fisioterapia está asociado a una mayor tasa de recuperación.

El tratamiento inicial en la fase aguda de la enfermedad está orientado a:

  • Reducir el daño secundario de la médula espinal: evitar hipotensión sistémica para mantener una adecuada perfusión tisular.
  • Administración de antiinflamatorios no esteroideos.
  • Manejo general del paciente para evitar úlceras por decúbito o infecciones concomitantes: cambios de postura, camas blandas, vaciado de la vejiga urinaria, etc.

Para hablar de la terapia de rehabilitación utilizaremos un caso que tratamos en CRAR, el de una gata callejera con lesión severa inoperable de la médula espinal.

Terapia de rehabilitación para conseguir la marcha espinal (a propósito de un caso)

Lili, gata cruzada de siamés de unos 2 años de edad, fue rescatada por la asociación GATPI en muy malas condiciones. La llevaron al Centro Veterinario Rossinyol porque estaba postrada con un grado severo de deshidratación y presentaba una herida abierta en abdomen con miasis, además de otras heridas infectadas en zona perivulvar y anal.

Després de realitzar-li les primeres cures d’urgència i estar alguns dies hospitalitzada es va detectar una paraplegia i es va procedir a realitzar radiografies (se comenta resultado en el apartado de valoración funcional y diagnóstico).

En vistas de las rediografías y el estado de movilidad de Lili nos refirieron el caso a CRAR mientras esperaban visita de valoración neurológica en el Hospital Veterinario Canis Girona.

Valoración funcional y diagnóstico

En la primera valoración funcional de Lili detectamos:

  • Paraplejía, ausencia de propiocepción en las extremidades posteriores.
  • Reflejo panicular ausente.
  • Cuando se estimula el panículo, a partir de L4 existe una hiperreflexia en extremidades posteriores y cola.
  • Extremidad posterior derecha: reflejo rotuliano conservado, reflejo isquiático ausente, hiperreflexia cuando se estimula el flexor, presencia de reflejo cruzado.
  • Extremidad posterior izquierda: reflejo rotuliano muy disminuido, reflejo isquiático ausente, hiperreflexia cuando se estimula el flexor.
  • Ausencia sensibilidad superficial.
  • Reflejo anal y vulvar presente.

En las radiografías se observó un perdigón en T4 y la resonancia magnética confirmó la presencia de una estructura metálica bien delimitada en el interior del canal vertebral a nivel de T3-T4. Las imágenes no nos dejaban valorar bien la lesión ósea a este nivel por artefacto con el metal, pero parecía una fractura a nivel de lámina vertebral y apófisis espinosa.

La lesión de Lili no era operable y el departamento de neurología del Hospital Canis de Girona recomendaron continuar con la fisioterapia.

Objetivos

Los objetivos de nuestro tratamiento de rehabilitación que nos planteamos en este caso fueron:

  • Control del dolor.
  • Neuroestimulación para controlar esfínteres, puesto que había una incontinencia moderada.
  • Aumentar el trofismo muscular.
  • Controlar la sobrecarga de las extremidades anteriores.
  • Marcha espinal.

Plan de Rehabilitación

La fisioterapia aplicada a animales con lesiones medulares cada vez tiene mayor relevancia y, como hemos mencionado anteriormente, es determinante en el pronóstico empezar el tratamiento lo antes posible.

En el caso de Lili combinamos:

  • Láser: aumenta el metabolismo dentro de la célula, mejorando el transporte de nutrientes a través de la membrana celular. Además, se incrementa la producción de energía celular (ATP), generando una cascada de efectos beneficiosos, con aumento de la función y salud celulares.
  • Cinesiterapia activa y pasiva: tratamiento donde se realiza una reeducación postural a través del movimiento pasivo (realizado por el terapeuta) o activo (realizado por el animal) de varios segmentos o grupos musculares. Entre ellos están los balones terapéuticos, circuitos cavaletti, entre otros.
  • Electroestimulación: electrodos colocados en la piel donde administramos impulsos eléctricos que provocan contracciones musculares.
  • Cinta terrestre: se instauró cuando ya llevábamos un tiempo de tratamiento y la realizábamos de forma asistida. Inicialmente sólo se realizaba en las extremidades traseras, pero poco a poco fue integrando las anteriores en la cinta.

Lili es una paciente muy colaboradora, pero a veces no quiere realizar los ejercicios. Esto es totalmente normal, y se debe tener paciencia para que los pacientes vayan aprendiendo a realizar los ejercicios, como en el caso de Lili.

En el siguiente video puedes ver los diferentes ejercicios que utilizamos con Lili y su evolución.

Fuente: crarbcn.com

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