La castración en perros y gatos constituye una herramienta de gran relevancia en materia de salud animal y control poblacional. En las hembras, la intervención temprana contribuye a reducir en un 95% la aparición de tumores mamarios y previene patologías graves como la piómetra, que en muchos casos requiere cirugías de urgencia. En los machos, por su parte, disminuye significativamente la incidencia de tumores testiculares, problemas prostáticos y conductas relacionadas con peleas callejeras por la monta y la competencia entre individuos.
No obstante, también es importante considerar los posibles efectos adversos de esta práctica. Algunos animales pueden presentar tendencia a la obesidad, modificaciones en su comportamiento o, en determinadas circunstancias, incontinencia urinaria en la adultez.
La concientización sobre esta temática resulta especialmente trascendente respecto de los animales en situación de calle, que carecen de controles veterinarios periódicos. En la Argentina se estima que existen entre cinco y seis millones de perros y gatos sin hogar, lo que deriva en reproducciones no planificadas, sobrepoblación, nacimientos en condiciones desfavorables y riesgos sanitarios, entre otros. En este contexto, las campañas masivas de castración y la promoción de la adopción responsable se constituyen como las principales herramientas para abordar esta problemática.
En línea con ello, resulta fundamental desalentar la compra de mascotas y fomentar la adopción de animales provenientes de refugios habilitados, entendiendo que la reducción de la demanda incide directamente en la disminución de la oferta y permite dar respuesta a los miles de perros y gatos que actualmente buscan un hogar.
En virtud de ello, este Consejo Profesional de Médicos Veterinarios manifiesta su conformidad con la implementación de políticas sanitarias, tanto a nivel nacional como local, orientadas a la eliminación de enfermedades y al control poblacional de caninos y felinos, entre ellas las campañas estratégicas de esterilización.
En tal sentido, resulta esencial promover la tenencia responsable y la sanidad de los caninos y felinos por parte de sus tutores, a fin de resguardar su bienestar.
Sin perjuicio de ello, entendemos que dichas medidas no deben configurarse como una imposición sobre los tutores que, de manera responsable, deciden adoptar un animal. Por el contrario, corresponde que se adopten con el consentimiento expreso e informado de ellos, en tanto son quienes tienen a su cargo el futuro cuidado y bienestar del animal y, en definitiva, quienes deben valorar la conveniencia de dicha decisión.